Plaza de la Unidad
Restauración del MAC Valdvia
Proyecto Undurraga Deves © Undurraga Deves
“La restauración se opone a la corrupción reemplazando piezas que han perdido su condición de servicio, las que deben quedar marcadas para ser reconocidas posteriormente” (Cherubini). Existen diversas formas de restaurar. El Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia ha puesto una en marcha recientemente. Para conocer más de ella conversamos con su Director, el artista visual y docente Hernán Miranda.
El Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia nació como una iniciativa de descentralizar la cultura. ¿Cómo traer el arte a Valdivia? Fue la primera pregunta que Miranda se hizo. Para resolver ese problema solicitó ayuda a la Universidad Austral. Antes de hacerlo, junto a los arquitectos Wren Strabucchi y Juan José Ugarte, encontró el espacio idóneo para el MAC, ubicado en la Isla Teja en el borde del río Calle Calle, en las ruinas del edificio de una de las industrias más grandes e importantes del país en la segunda mitad del siglo XIX, la cervecería Anwandter.
Al solicitar la ayuda, Miranda le comentó a Manfred Max Neef, Rector en aquella época, acerca del edificio, y Max Neef le preguntó si estaba seguro de hacer uso de este espacio en las condiciones que se encontraba en ese momento. Claro afirmó Miranda, “los arquitectos me lo dijeron, porque resistió el terremoto más grande de la historia. Y lo existente es lo que se mantuvo, por lo tanto el lugar era idóneo para el arte contemporáneo”.
Ahí –hacia el año 1994- comenzó la habilitación parcial de la ex cervecería, nos cuenta el Director, sin ventanas, sin climatización. “Antes que el MAC Valdivia se instalara en estas dependencias, rondó la idea de demoler el edificio del museo. Rescatar ese lugar emblemático del pasado industrial de Valdivia, para nosotros ha sido un acto de memoria histórica, arquitectónica y patrimonial”, señala Miranda. Para él, priman dos criterios constructivos frente a estos espacios antiguos: “está uno que destruye lo existente en favor de una renovación absoluta y otro que cuida y conserva el legado urbano y su historia. Tal es el caso del MAC Valdivia, en que desde un principio quisimos preservarlo. Si Ud. observa, esa es la razón del vidrio que hoy día cubre la fachada del museo, ahí no prima solamente un criterio estético sino que se busca desde materiales de nuestro tiempo, poner en visible la construcción original”.
Hoy, veintidós años después de la inauguración del museo, la oficina Undurraga y Deves está trabajando en lo que será el futuro MAC Valdivia. En relación a esto, quisimos saber de qué manera los arquitectos proponen cuidar el patrimonio, y cómo se llevó a cabo este proceso.
Edificio en la actualidad © MAC Valdivia
Arkcisur: ¿Dónde queda en el nuevo museo la sensación de ruina y terremoto?
Hernán Miranda: Precisamente la idea es que esta historia de resistencia subsista, porque cuando se llamó a concurso para construir el MAC, en las bases decía que el proyecto debía contemplar lo existente, ponerlo en valor, mantenerlo y restaurarlo. Por tal razón, las salas hipóstilas no se tocan, al contrario, se refuerzan. Las bóvedas tampoco. Solo se controla el problema de la humedad.
¿Cómo se maneja ahora el tema de la humedad?
La humedad entra por capilaridad y ha sido difícil controlarla. Llueve tanto en nuestra ciudad, que en esa parte el agua se filtra por las bóvedas y otras zonas, haciendo que el espacio esté siempre húmedo. El actual proyecto de restauración y ampliación contempla que los profesionales controlen este problema, y para ello se prospecta hacer unos cortes exteriores en forma paralela, que deja partes de la estructura abierta, y se posibilite un sistema de drenaje exterior.
¿La actual estructura del MAC no se demuele?
No se demuele nada, al revés se están recuperando partes que se encontraron hacia el Museo Histórico. Por ejemplo, recientemente se hallaron vestigios arquitectónicos de la antigua cervecería, que van a estar incorporados en la cafetería.
¿Qué pasará con los adoquines originales que caracterizan el primer nivel del museo?
Al respecto, yo he escuchado dos versiones: una que el adoquín si tú lo multiplicas tiene un gran peso, y eso podría ejercer mucha carga sobre la losa. Por otro lado, muchos quieren que no se toquen, que se dejen tal como están, porque eso le da una riqueza de memoria material al espacio. Pero no se sabe cómo irá a ser evaluado ese tema en el momento que comience la construcción. Ahora si tú me preguntas a mí, desde el punto de vista estético, me encanta como es, ahora eso es una cosa personal, y por último sentimental. Pero si un profesional indica que al sacar los elementos, se alivianan pesos físicos y visuales yo seré flexible. De verdad no quisiera opinar todavía.
La elección del proyecto de Undurraga y Deves se llevó a cabo mediante un concurso. Fueron doce proyectos invitados y se presentaron diez, entre ellos los de los arquitectos Teodoro Fernández y Cristián Boza. Todos muy buenos, según comenta Miranda ¿Qué tenía el proyecto ganador que los otros no?
Es que se evaluaron varios aspectos. ¿Qué tenía éste por ejemplo? La simpleza. Hubo proyectos que contemplaban gran altura, y otros que continuaban la línea del MAC que conocemos, respetando y destacando al vecino Museo Histórico. Había otro que introducía el río Valdivia hacia el interior de la isla, pero en estos casos se evaluaron también los costos, la mantención futura, y esas preguntas, porque yo era parte del jurado, junto al Rector y cuatro arquitectos importantes (entre ellos Alejandro Aravena y Luis Izquierdo), eran los costos de construcción y mantención. Entonces se pensó en muchas cosas. El proyecto de Cristián Undurraga cumplía con varios aspectos: era el que más se organizaba de una manera armoniosa, tenía ese vidrio hacia la ciudad, se inscribía en el paisaje de manera apropiada.
¿Cuáles fueron los primeros pasos para iniciar esta obra?
Fueron 6.5000 millones de pesos. Son fondos del Estado, a través del Consejo de la Cultura, el MOP y el Gobierno Regional. Pero para llegar a eso nosotros hicimos algo previo, con un investigador de la Universidad Austral durante un tiempo, postulamos a un Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR, y con posterioridad 25 millones más), que fueron sobre ochenta millones para poder estudiar todos los aspectos de cómo hacer el nuevo museo. Eso significó contratar profesionales que diesen diagnósticos sobre sus áreas, por ejemplo climatización, análisis sísmico, estructura, arqueología, etc. Todos ellos hicieron sus informes, y con esto la Universidad, con el actual Rector Oscar Galindo, conformó un grupo de especialistas para trabajar y postular a fondos concursables recientemente adjudicados.
¿Cuándo estará terminado el museo?
Esperamos inaugurar el futuro MAC Valdivia el segundo semestre del 2020.