El agua en la arquitectura

Como bien sabemos, cuando hace frío hay que abrigarse; cuando llueve hay que protegerse. Con nuestras construcciones sucede lo mismo. En el sur de nuestro país las edificaciones están sometidas una gran parte del año a un tipo de clima lluvioso, por lo que estructuralmente deben abrigarse y protegerse.

En la zona sur de Chile, a mediados del siglo XIX, surgió el segundo periodo fundacional, el de la colonización alemana. Esta fase corresponde a una arquitectura en madera y latón, que configura una respuesta apropiada para la lluvia y  una reinterpretación de modelos europeos hechos propios en las regiones del sur. Las construcciones comenzaron a levantarse como un edificio en madera que luego era revestido en metal, y en algunos casos, nuevamente con madera, con el fin de protegerlos de las aguas lluvias y el frío. El fierro galvanizado se convirtió en el material que se utilizó con mayor frecuencia, debido a que era más económico y estandarizado. Se importaba mayoritariamente desde Europa y Estados Unidos. Esta costumbre ha permanecido hasta el día de hoy, tanto así, que aún vemos como las construcciones se protegen con diversas texturas y colores, de diversas formas e integrando nuevas tecnologías, pero siguiendo esencialmente el mismo modelo.

Hoy en día, sí bien la misión del arquitecto sigue siendo la misma, existe una evolución en cuanto al diseño de las construcciones que se proyectan. Existe una búsqueda de identidad propia que responda a las inclemencias climáticas de igual o mejor manera que las antiguas construcciones. En esto consiste el desafío y la complejidad a la que se han visto enfrentado los arquitectos en la actualidad.

Sin embargo a lo largo del siglo XX, con todos los nuevos materiales y nuevas tecnologías que se desarrollaron, no hubo una evolución tan marcada como para poder notar un estilo tan característico que se compare el del siglo anterior.

En la actualidad, eso sí, el mercado ofrece una amplia variedad de largos, tamaños, texturas colores, con los que diseñar y producir viviendas y edificaciones. Así han ido apareciendo en los últimos años ejemplos de curvaturas, dobles pieles y una serie de nuevas propuestas de cómo abordar el tema de las aguas lluvias y el frío .